Reflexión de un momento conmigo mismo


Depende del día, pero hay algunos en los que te levantas y estas tan agusto contigo mismo que todo te resulta más fácil.
El otro día me encontraba cocinando la cena escuchando musiquita (Jamie Cullum concretamente, que transmite muy buen rollo), y oí como alguien entrada en el portal de abajo y por la hora (y porque hay muy pocos vecinos en el edificio) supe que era Bea, que tenía que estar al caer. Lo oí todo: como se cerraba la puerta del portal, como subia los dos peldaños y activaba el ascensor, luego como se abria la puerta en nuestra planta y como rebuscaba las llaves en su bolso para despues abir la puerta del piso. Mientras oía todo eso, yo me paré a pensar, me imaginé como sería si yo fuera ella (pero sin dejar de ser yo), y entrase en el piso y me encontrase conmigo mismo cocinando tan calmado y feliz, con esa músiquita tan relajante sonando en el salón con la escasa luz de una lamparita...el caso es que me gustó esa extraña sensación. Fue... como bonito...me hacía ilusión encontrarme conmigo después de un largo día de trabajo. Y aunque parezca una tontería, las condiciones en las que me encontraba en ese momento, me transmitían mucha paz y confort.
Supongo que es lógico, porque hago las cosas que yo quiero cuando quiero y porque quiero. Todos los que estéis leyendo esta reflexión igual os parecerá un sinsentido, pero a mi me gusta. Es algo bonito y bueno que hago, porque me hace sentir agusto conmigo mismo, que es la base para ser feliz.
Así que a partir de ahora, cada vez que oiga a un vecino pedir el ascensor, pensaré que soy yo y que voy a entar en casa a encontrarme conmigo mismo, y me gustará ver que lo que estoy haciendo en ese momento, aunque esté con todo apagado y mirando al techo, es lo mejor porque lo que realmente importa es que me gusto a mí mismo tal y como soy, porque yo soy yo y mis circunstancias.
Gracias por abrir mi blog, a mí también me gustó leerme.

Comentarios

Lolita Lempika ha dicho que…
Me encantó tu entrada! Mirarse a través de los ojos de uno mismo... pero mirarse.

Quizás sea bueno hacerlo cuando uno no esté haciendo lo que quiere o haciéndolo cómo quiere... así uno podrá detectarlo.
aroma ha dicho que…
Cuando encuentras esa paz contigo mismo es cuando realmente empiezas a valorar todos esos pequeños detalles de la vida que muchas veces nos pasan desapercibidos..esa reflexión,ese silencio es fundamental..Un saludo y un abrazo también para Bea.. :)
A. ha dicho que…
A veces también me gustaría verme desde fuera, pero no puede ser :)

Gracias por encontrar mi blog interesante. No puedo decir lo mismo del tuyo, pues sólo he leído la entrada de hoy, curiosa, por otra parte. Ya leeré más :)

Un saludo!
Sergio ha dicho que…
No hay nada como estar en paz con uno mismo y sobretodo que nos agrade lo que hacemos, ya sea en el trabajo, en la casa o donde sea.

Te felicito es un estado de ánimo que pocos lo logran.

Saludos
Javier ha dicho que…
¡Me alegro que os haya gustado la entrada! Os invito a hacer ese interesante y extraño ejercicio. Igual descubrís cosas que no sois capaces de ver desde dentro. Un abrazo a todos
Sailor ha dicho que…
Por primera vez he leído algo que yo ejercito hace tiempo... mirarme a mi misma como si fuese otra persona... y lo más rico es que me es agradable encontrarme....

Ah! también me gustaría llegar a casa...con un alguien cocinando y escuchando de fondo buena música...

saludos,

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