Comptine D´un Autre Été
Eran las 3:52pm de hoy, 24 de diembre, cuando me encontraba estudiando leyes urbanísticas (nada divertido). Quise hacerlo algo más llevadero, me levanté y me fui a la cocina para servirme un vaso de leche fría acompañada de un par de polvorores.
Me senté, y bueno, sí era algo más llevadero pero nada exagerado. Las leyes son leyes, y donde "no hay mata, no hay patata", es decir, no puedo empezar a divertirme con algo que no lo es. Estuve tentado de ponerme algo de música pero mi sentido de la responsabilidad me dijo que no. No porque me iba a distraer, ya soy demasiado disperso para ponerme música. Eso es un problema que siempre me ha acompañado, dejo volar mi mente a la mínima, no necesito mucha mecha para hacer "explotar" mi imaginación.
Todo iba según lo previsto, estudiaba y me cundía, y de vez en cuando un bocado a un polvorón me hacía el rato más agradable.
De repente, un piano suena de fondo, y la verdad es que no era tan de fondo. Rápidamente me di cuenta de que el sonido de esas teclas provenía del piso de arriba. "Ya está el pesado de arriba" me dije a mí mismo, quejándome de que por una vez que quería estudiar no me dejaban los "agentes externos", "seguro que ahora toca como siempre, la de Piratas del Caribe, qué pesadito, ¡a ver si cambia el repertorio!". Y vaya si lo cambió.
Toco apenas 3 segundos de una de las canciones más emotivas para mí. Tras esos escasos segundos para de tocar, supongo que para revisar las partituras. El silencio ahora es infinito, y tengo que reconocer que supliqué para mis adentros que la tocase, ¡no me podía dejar así! con medio cuerpo con los pelos de punta. Y tocó. Las notas fluían por el edificio, atravesando tabiques y forjados. Llegaba a mis oídos con un volumen perfecto, se hacía hasta romántico escuchar la dulce melodía desde otro piso.
Ya no tenía excusa, o sí (como se quiera ver) para soltar el bolígrafo, cerrar los ojos, sentir todo el vello de punta, y abrir la compuerta para que una cascada de sentimientos fluya por mi cuerpo: tristeza, añoranza, sueños por cumplir, sensaciones angustiantes, relajantes, excitantes, motivadoras, dramáticas,... A todas las dejé fluir yo también por todo el edificio atravesando techos y paredes, para que de alguna manera, agradecerle el favor a ese incógnito vecino.
Comentarios
FELIZ NAVIDAD!!! Un beso!
Saludos